viernes, 27 de mayo de 2011

TERCER CONCIERTO: LA GÜINERA

La lluvia decidió no contraponerse al trovador…
Desde aquel dia un barrio de la Habana tiene una plaza remozada que se llamara Ojala, en homenaje a esa canción y al trovador insigne de Cuba. La Güinera, una localidad ubicada en Arrollo Naranjo, La Habana, fue el lugar escogido por Silvio Rodriguez para un concierto de domingo que estuvo marcado por la entrada de un frente frio, grandes nubarrones y viento invernal del norte. Me hizo recordar por instantes aquel concierto que el trovador de Ojala regalara delante de la escalinata universitaria que fue azotado por la lluvia más feroz y que por su estirpe de necio Silvio no suspendió y mas bien alargo regalándoles a sus seguidores numerosos temas fuera de programa. Y bien, este concierto de hoy en la Güinera se asemeja a aquel, solo que han pasado años y también canciones de distancia…
Abre la presentación el maestro argentino de la guitarra Víctor Peregrini que interpretó “Un día de noviembre” del maestro Leo Brouwer y Alfonsina y el mar. Seguido aparece el Trío Trovarroco, todo un lujo integrado por Maykel, Bacaro y Rachid que, junto al percusionista Oliver Valdés y La flautista Niurka González, se encargaron de acompañar a Silvio en las 16 canciones que estremecerán al público y a la turbulenta tarde, comenzando con Canción de la trova, seguida de Oleo de mujer con sombrero, El papalote, Escaramujo y la Canción del elegido. Un momento para que Silvio deje la plaza por unos minutos para que el joven trovador Eduardo Sosa haga entrega de una donación de libros enviada por el Centro Pablo de la Torriente Brau, el Instituto Cubano del Libro y la propia oficina de Silvio Rodriguez, y seguidamente regale algunos temas de su autoría. Luego regresa nuevamente la artillería para seguir con La era, Pioneros, El reparador de sueños, El necio, Días y flores, El mayor, y para el cierre con Ojala.
Está claro que Silvio es un hombre querido y seguido porque así se vio durante todo el concierto en los jóvenes, viejos y niños que cantaban sus canciones y le pedían otras, pero… ¿la lluvia? La lluvia esta vez espero y no quiso contraponerse al trovador…
En el momento en que escribía la nota, entonces llovía…

Me apoyare en las bondades de la WEB 2.0 para mostrar las imágenes porque mi Internet es muy lenta, en algún momento del siglo tendré ADSL en Cuba, entonces subiré las hojas del libro con diseño incluido. Espero sea pronto...

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